martes, 18 de agosto de 2009

Mi primera noche en la calle

Realmente es muy difícil de explicar. ¡La primera noche en la calle! El primer día. Me lo han preguntado infinitud de veces. Es tan difícil de explicar.

Cuando llegas a la calle, la sensación es de irrealidad. Realmente no te crees que estás en la calle. Tienes algunas ayudas para que sea así. Miedo, angustia, estrés, ansiedad, depresión. Todo ayuda para que no seas capaz de poner los pies en el suelo y te des cuenta de la cruda realidad.

Esperas que algo ocurra o que alguien te ayude.

La primera noche, andas, andas, andas, disimulas, te sientas en bancos para cerrar un momento los ojos, disimulas, vuelves a andar...

Supongo que los alcohólicos esto lo superamos con un par de bricks, pero yo no tenia dinero para eso.

Por fin amanece. Empieza la gente a aparecer por las calles. En el fondo sientes alivio. Ya hace menos frío. Yo me metí en el Metro. Pasé unas horas sentado en un vagón. Caliente. Incluso dormité algo. Por fin me fui al Retiro y dormí un poco en un banco al sol.

Así pasan varios días, hasta que por fin una noche, decides que ya no puedes más. El agotamiento te puede y te tumbas a dormir. En cualquier sitio, un portal, una tienda, la calle...

Ese día empiezas a ser una persona distinta. Ya nunca serás igual. La sociedad te ha abandonado y tú abandonas a la sociedad. (Aunque no sea verdad)

Poco a poco, con el paso de los días, de andar, andar y andar, conoces a gente de la calle, te enseñan dónde ir a comer, dónde dormir acompañado, con menos riesgo. Te integras en una nueva sociedad. Aprendes nuevos hábitos.

Aceptas tu situación. Ya nunca volverás a ser igual.

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